El diseño es una carrera multidisciplinaria, una manera de sintetizar la información organizacional de otras relacionadas y con el paso del tiempo se ha retomado su importancia dentro de la industria como un elemento importante para el desarrollo de un producto o servicio. La gestión del diseño es una disciplina que se ha ido aplicando de manera indirecta dentro del diseño por mucho tiempo y engloba más que el saber cobrar un proyecto o la manera en que el trabajo se divide dentro de un proceso de diseño.

Según Topalian (2003) la administración del diseño puede dividirse en dos niveles principales, el nivel corporativo (que envuelve a la empresa como las compañías basadas en el diseño) y el nivel proyectual (en donde el desarrollo del producto o servicio se ve reflejado ampliamente en una metodología del diseño aplicada al usuario). Ambas se ven representadas hoy en día con ejemplos claros de grandes compañías en donde utilizan al diseño como medio para completar sus objetivos financieros y de experiencia de usuario.

Dentro de la primera categoría, se buscaron metodologías o corrientes relacionadas a la gestión del diseño dentro del nivel organizacional y se encontraron compañías con centro en el diseño o design-centric companies como lo indica su nombre en inglés, en donde las empresas se animan al cambio del diseño, con el fin de obtener innovación dentro de su empresa. “Ya no hay ninguna distinción real entre la estrategia empresarial y el diseño de la experiencia del usuario”, agregó Bridget van Kralingen, vicepresidente senior de IBM Global Business Services, en un comunicado a la prensa (2014).

Y no sólo IBM ha entrado en esta corriente de innovación al momento de gestionar su empresa, compañías centradas en el diseño como Starbucks o Apple como pioneros de dicha corriente, han demostrado que la metodología que funciona dentro del proceso de diseño puede ser aplicada a la gestión y plan empresarial con el fin de obtener ganancias ya que este, como lo menciona Best (2006), se presenta como un “Modelo de organización flexible, que fomenta la iniciativa individual, la independencia y la toma de riesgos”.

Esto, por su parte va de la mano al segundo nivel mencionado por Topalian y rescatado por Best (2006): el nivel de la gestión del diseño proyectual. Una de las metodologías más involucradas a este proceso es el design thinking que, como se analizó en temas anteriores, muchas empresas han tomado en cuenta cuando necesitan un proceso que incluya creatividad, innovación y experiencia de usuario, tal como lo mencionaba Brown (2010), donde remarca que “el design thinking incorpora ideas de los constituyentes o del consumidor en profundidad y el prototipado rápido”, que significa que dicha corriente o modo de trabajo por su parte “responde a las necesidades de las personas que consumen un producto o servicio y la infraestructura que lo permite”.

“Las personas necesitan sus interacciones con las tecnologías y otros sistemas complejos para ser sencillas, intuitivas y placenteras” añade Kolko (2015), y por ello, las personas han empezado a tomar el design thinking como una opción válida al momento de desarrollar proyectos de diseño. Sin embargo, a diferencia de otras metodologías esta tiene la desventaja de no ser una vía para las empresas que cuentan con el
presupuesto medido o por otro lado, tienen la fecha de entrega del proyecto tan exacta que no se puede dar a la experimentación.

A pesar de que no es un área completamente nueva (tuvo sus inicios a principios de los 2000) como una materia formal de estudio dentro del área de diseño, pocos son los especialistas formales en el tema. El diseño siempre se encontrará en constante innovación con el fin de buscar una mejor forma de conexión al usuario y, a medida que el tiempo pase, se modificará con tal de adaptarse a las necesidades y a los requerimientos de la cultura actual, como se puede ver en las tendencias de este año y los próximos a venir. Ejemplo de ello son páginas como creative bloq y trendwatching que demuestran no sólo los cambios en los procesos de la realización de proyectos, sino que también se expanden a mostrar como el diseño afecta a las empresas en el modo de funcionar y mostrarse también a la sociedad.